Siempre contigo

Los sentimientos que unen a dos personas son lazos inquebrantables por la distancia y por los acontecimientos. «Ese dulce perfume que la identificaba, el susurro de su cabello cuando era acariciado por su cepillo, sus manos acariciando mi rostro y su voz suave contándome una de sus bellas historias de amor…». Elisa y Joel coinciden en un tren, surgiendo entre ellos una hermosa historia de amor desde sus primeras palabras. «Sus palabras eran dulces, penetrantes y encantadoras, aquel joven hablaba con tanto cariño que Elisa no dejaba de escucharle sin siquiera parpadear». Un bombardeo y el estallido de una guerra que obliga a Joel a emigrar a Francia malherido, les distancia sin remedio, pese a continuar unidos de por vida. Más allá del tiempo y de las generaciones, el sentimiento perdura y alcanza, al fin, su dicha. «Tuve que viajar mucho y en uno de aquellos trenes conocí –sentada a mi lado sobre aquel sillón de color azul– a la persona más maravillosa del mundo, a un ser que, sin mediar palabra y solamente con su mirada, me llenó de gozo». Todo queda escrito en unas cartas colmadas de emoción y de vida que perdura.